Antes que cierren este lugar con
fecha de caducidad, antes de dar las gracias a todos los que lo han hecho
posible… quiero escribir un obituario, no con tristeza sino como acción de
gracias por el trazo y el dibujo del escudo del colegio, del logo de nuestro
aniversario…
Os quiero presentar a Rut Fau.
Nos dejó este verano, se fue a un último viaje sin retorno, el viaje anhelado
por todo buscador de Dios como ella pero que desea toda persona posponer para
el nunca, y siempre llega sin saberlo y desearlo. Enamorada de los viajes, pero
siempre en compañía fundamentalmente por Carlos su esposo, sé que este no le
habrá gustado hacerlo sola, aunque sabe que los billetes del mismo es mejor no
compartirlos. Le habrá gustado por el destino y el encuentro que habrá tenido
en la estación que a todos nos espera y los trazos, que para siempre habrá
dibujado una vez más en su sonrisa, hechos esta vez con imborrables rotuladores
de tinta que cambia de color a cada instante y nunca es negra, trazos de
abrazos del mejor ‘Abrazador’, Amigo y Padre.
Quiero dejarla aquí en este
espacio del Colegio que será memoria para generaciones venideras por ser ella
parte ya de nuestra historia. Ingeniera apasionada del dibujo, amante de la
cultura en todas sus formas, cantante de coral de culto, aprendiz de cítara
para intentar hacer salmo de su oración e intentar llegar al cielo con sus
dedos al pellizcar las cuerdas. Rut Fau, amiga y compañera de catequesis en una
parroquia viva y de puertas abiertas que llenabas de dudas y propuestas, de
dibujos regalados para que ocuparan los rincones de la memoria del corazón de
la misma. Ilustradora de cuentos e historias con la generosidad de la amistad
entendida como alianza fiel e inquebrantable. Buscadora de estudios, de
espacios y de encuentros… Anhelabas el silencio del cartujo y su espacio ya que
hacen sitio para compartir con el amado y el Amado para que tu corazón siguiera
latiendo cada día hasta que te subiste al tren de este verano. Bicicleta,
clases de universidad, una copa de vino y una procesión de semana santa con
mantilla elegante que ilumina la noche, esa noche que te ha llevado a tu última
procesión del encuentro definitivo con Él.
Miles de recuerdos y cosas que
ella me regaló llenan mi corazón y mi vida pero quedan para mi como las
tarjetas de felicitación de navidad que guardo como auténticos tesoros y que te
hacen presente cada día en las paredes de mi habitación o camisetas de varios campos
de trabajo que hablarán de ti para siempre, huellas pegadas a cuerpos de
jóvenes que como tú le buscan y le desean.
Generosamente queremos recordarte
en el colegio, lo haremos siempre por el regalo de nuestro escudo carmelita moderno,
de colegio, de niños y jóvenes, donde el monte del encuentro se trasforma en el
trazo marrón carmelita de una sonrisa que cada día nos acoge a toda la
comunidad educativa. Estrellas transformadas en aparentes ojos que miran con
alegría a los niños que entran a su patio, a su colegio… estrella diferente
como una boca que comparte conocimientos y sentimientos, que acompaña procesos,
corrige con palabras amables y llenas de ternura. Una corona flexible,
moldeable y singular para cada cabeza diferente y maravillosa de cada uno de
los que formamos la comunidad educativa del Colegio Virgen del Carmen, que nos
corona a todos como reyes, como libres, como únicos…. En escudo que fue tuyo
porque salió de tus manos, que regalaste y que ha recorrido el mundo para
convocar a todos los jóvenes carmelitas en encuentros internacionales que fue
marrón en Madrid y se conviritó en verde en Brasil… mil colores que iluminan la
ilusión de los jóvenes.
Gracias amiga, gracias Rut…

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