sábado, 18 de octubre de 2014

Tus trazos, tus dibujos…


Antes que cierren este lugar con fecha de caducidad, antes de dar las gracias a todos los que lo han hecho posible… quiero escribir un obituario, no con tristeza sino como acción de gracias por el trazo y el dibujo del escudo del colegio, del logo de nuestro aniversario…
Os quiero presentar a Rut Fau. Nos dejó este verano, se fue a un último viaje sin retorno, el viaje anhelado por todo buscador de Dios como ella pero que desea toda persona posponer para el nunca, y siempre llega sin saberlo y desearlo. Enamorada de los viajes, pero siempre en compañía fundamentalmente por Carlos su esposo, sé que este no le habrá gustado hacerlo sola, aunque sabe que los billetes del mismo es mejor no compartirlos. Le habrá gustado por el destino y el encuentro que habrá tenido en la estación que a todos nos espera y los trazos, que para siempre habrá dibujado una vez más en su sonrisa, hechos esta vez con imborrables rotuladores de tinta que cambia de color a cada instante y nunca es negra, trazos de abrazos del mejor ‘Abrazador’, Amigo y Padre.
Quiero dejarla aquí en este espacio del Colegio que será memoria para generaciones venideras por ser ella parte ya de nuestra historia. Ingeniera apasionada del dibujo, amante de la cultura en todas sus formas, cantante de coral de culto, aprendiz de cítara para intentar hacer salmo de su oración e intentar llegar al cielo con sus dedos al pellizcar las cuerdas. Rut Fau, amiga y compañera de catequesis en una parroquia viva y de puertas abiertas que llenabas de dudas y propuestas, de dibujos regalados para que ocuparan los rincones de la memoria del corazón de la misma. Ilustradora de cuentos e historias con la generosidad de la amistad entendida como alianza fiel e inquebrantable. Buscadora de estudios, de espacios y de encuentros… Anhelabas el silencio del cartujo y su espacio ya que hacen sitio para compartir con el amado y el Amado para que tu corazón siguiera latiendo cada día hasta que te subiste al tren de este verano. Bicicleta, clases de universidad, una copa de vino y una procesión de semana santa con mantilla elegante que ilumina la noche, esa noche que te ha llevado a tu última procesión del encuentro definitivo con Él.
Miles de recuerdos y cosas que ella me regaló llenan mi corazón y mi vida pero quedan para mi como las tarjetas de felicitación de navidad que guardo como auténticos tesoros y que te hacen presente cada día en las paredes de mi habitación o camisetas de varios campos de trabajo que hablarán de ti para siempre, huellas pegadas a cuerpos de jóvenes que como tú le buscan y le desean.
Generosamente queremos recordarte en el colegio, lo haremos siempre por el regalo de nuestro escudo carmelita moderno, de colegio, de niños y jóvenes, donde el monte del encuentro se trasforma en el trazo marrón carmelita de una sonrisa que cada día nos acoge a toda la comunidad educativa. Estrellas transformadas en aparentes ojos que miran con alegría a los niños que entran a su patio, a su colegio… estrella diferente como una boca que comparte conocimientos y sentimientos, que acompaña procesos, corrige con palabras amables y llenas de ternura. Una corona flexible, moldeable y singular para cada cabeza diferente y maravillosa de cada uno de los que formamos la comunidad educativa del Colegio Virgen del Carmen, que nos corona a todos como reyes, como libres, como únicos…. En escudo que fue tuyo porque salió de tus manos, que regalaste y que ha recorrido el mundo para convocar a todos los jóvenes carmelitas en encuentros internacionales que fue marrón en Madrid y se conviritó en verde en Brasil… mil colores que iluminan la ilusión de los jóvenes.
Gracias amiga, gracias Rut…